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ADIÓS

Foto del escritor: Blue Blue

En la vida se pueden encontrar muchas verdades inevitables; entre ellas, que no todas las personas que queremos, nos quieren de regreso. Lo difícil de esto es que no es algo tan evidente. Pueden ser personas muy cercanas, con las que hablamos todos los días, a las que les contamos nuestras cosas, a las que hemos abrazado y con quienes hemos hasta llorado.

Como me dijo una amiga hace poco: "hay personas que te quieren ver bien, pero no mejor que ellos", creo que no había escuchado algo tan sabio en mucho tiempo. Díganme ustedes, si quieren a alguien, ¿no se alegran por sus logros?

SIEMPRE es momento para sacar a gente tóxica de su vida. Nadie necesita a personas que estén criticando cada paso que das, cada respiración o mirada; nadie necesita a personas que impidan el crecimiento personal. Hay que rodearnos de personas dispuestas a apoyarnos en todo, personas que sabemos que van a abrazarnos cada vez que lloremos por una mala decisión que hemos tomado; necesitamos a personas que se alegren por nuestros logros más que nosotros mismos y se emocionen tanto que nos contagien de esa felicidad que tienen para ofrecer. Hay que rodearnos de gente llena de luz, pero también llena de sombras y que sepan aceptar esas sombras porque quiere decir que también han aceptado el hecho de que nadie es perfecto, ni siquiera ellos y eso les da la capacidad de opinar objetivamente sobre las cosas. Personas que te entiendan a ti y a todo lo que viene contigo: tu pasado, tus demonios, tus problemas, tus llantos y llamadas, tus errores, tus disculpas... Creo que nadie necesita en su vida a personas que estén tratando todo el tiempo de opacar o de hacer sentir de menos. Nadie necesita a gente envidiosa, a gente que juzga, a gente que haga sentir mal hasta por la cosa más pequeña.

Las cosas deberían ser recíprocas. Las personas a las que les abrimos la puerta en nuestra vida, deberían abrirnos la suya. De la misma forma, aprendamos a aceptar a las personas como son, amemos a las personas y demostrémoslo; la vida es demasiado corta como para tener relaciones (de amistad, amorosas, etc.) a medias.

Al menos yo sé lo que necesito, y es a gente de verdad, gente que no se ande con mentiras ni rodeos, gente que pueda decirme la verdad sin herirme y que tenga toda la capacidad del mundo de amarme tanto como yo lo hago.

 
 
 

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