Tenía mucho tiempo de no escribir aquí, pero tengo algo que decirles.
No vengo a hablarles de la ansiedad que me causa el encierro o de la pesadilla que es estar enjaulada con los pensamientos propios de una persona con depresión. Hoy vengo a decirles algo diferente.
Estamos viviendo en una paradoja, una paradoja increíble. Tenemos, en estos momentos, más tiempo que nunca, pero por primera vez, no podemos compartirlo con nadie. He estado reflexionando estos días y he llegado al punto en el que realmente pienso que es la manera de la vida o del universo de decirnos que nada de lo que tenemos, vale la pena si no podemos compartirlo con otros; es la manera de decirnos que tampoco sirve de nada llevarnos bien con otros, si no nos llevamos bien principalmente con nosotros mismos. Este no es el fin del mundo, aunque así lo parece por momentos, pero lo podemos ver como una oportunidad para entendernos a nosotros mismos, para entender a los demás, simplemente para entender, para reflexionar, para aprender a apreciar las cosas que damos por sentado.
Los besos pasan a ser armas, el dinero no nos salva, Europa està más afectada que Àfrica, nuestra vida normal se detiene y por primera vez, el tiempo que tanto pedimos, pasa a ser un castigo. Nos hemos acostumbrado a vivir con prisa, siempre con algo que hacer, siempre con pendientes, estresados, siempre corriendo. Tal vez, cuando esto se acabe, caminemos más despacio, más cercanos, más humildes.
Hace poco leí algo que me pareció muy curioso y acertado:
"Y la gente se quedò en casa, y leyeron libros, y escucharon, y descansaron, y se ejercitaron. También crearon arte, y jugaron juegos, y aprendieron nuevas formas de ser, y estuvieron quietos y escucharon màs. Algunos meditaron, otros rezaron, algunos incluso bailaron. Hubo algunos que conocieron sus sombras. Y las personas empezaron a pensar diferente. Y las personas comenzaron a sanar. Y, en la ausencia de personas viviendo de maneras ignorantes, peligrosas, en automático y sin corazón, el planeta comenzó a sanar. Y cuando el peligro pasò, las personas se volvieron a reunir, lamentaron sus pèrdidas y tomaron nuevas decisiones. Y soñaron nuevas imágenes. Y crearon nuevas maneras de vivir y sanar al planeta completamente, así como ellas habían sido sanadas". - Kitty O`Meara
Lo leo muy utópico pero de todo corazón espero que sea cierto. Yo sè que estoy haciendo lo posible por sanar mis sombras, por crecer, por escuchar, leer, crear, por informarme y al menos yo sè que cambiè y estoy cambiando.
Nunca voy a volver a dar por sentado una plàtica uno a uno con un amigo, familiar o cualquier persona. No voy a olvidar nunca el valor real de un abrazo o un beso. No voy a volver a quejarme de los rayos del sol o del viento que recibe mi piel. No vuelvo a quejarme de la interacción o de la asistencia a actividades sociales. No vuelvo a hablar mal de mi educación presencial ni del trabajo; lo voy a agradecer porque la tengo. Empezarè a ponerle atención a lo que dice la naturaleza, tanto a su sonido como a su silencio. Voy a empezar a vivir.
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