Según la RAE, refundación es el proceso y la consecuencia de modificar algo substancialmente para que sirva para un objetivo diferente al original. Se trata, por lo tanto, de fundar algo nuevamente.

No les puedo explicar la felicidad y la paz que me dan ciertos lugares, ciertas personas y ciertos momentos. Siento que me refundo, que hay una nueva Adriana, que ya no me pesa la vida y me dan ganas de llorar de la felicidad porque en mi vida tengo muy pocos momentos en los que me siento tranquila.
Hace poco visité un lugar lleno de plantas, y fui tan feliz, me sentí tan tranquila, sentí una energía nueva y una conexión con la tierra tan especial.
Ese día el cielo estaba realmente hermoso, y sinceramente estoy triste la mayoría del tiempo, pero hay momentos, como ese, en los que me enamoro del mundo y ya no me siento tan asustada, ni tan preocupada. Me siento libre, me siento nueva. Me siento refundada.
Siento que cada cierto tiempo hay que hacer cosas que nos cambien. A diferencia de lo que la mayoría de la gente piensa, los cambios son buenos. Para crecer, necesitamos cambiar. Cambié ese día porque me di cuenta de muchas cosas, medité mucho. Aprendí a hacer cosas por mí misma, a no dejarme de lado. Aprendí que me tengo que poner primero: a mi corazón, a mis deseos, a mi mente, a mi alma; siempre y cuando eso no dañe a nadie. Aprendí que me gusta estar feliz y que me hace falta: me hace falta felicidad, me hace falta paz interior, tengo que trabajar en mi amor propio. No me malinterpreten: me amo; pero suelo poner a las otras personas antes que a mí.
Mi nuevo objetivo real, es ser feliz. Encontrar la felicidad en los detalles y en las cosas pequeñas. Ese día estaba de mal humor y me di cuenta de que realmente no estaba disfrutando las cosas como quería y que estaba fingiendo mis sonrisas y mi felicidad. Uno tiene que abrir los ojos a los errores propios así que me decidí a disfrutar, me decidí a reír, me decidí a bailar, a dormir cuando se me da la gana, a caminar por las calles como si fuera el último paseo que voy a dar, a disfrutar del cielo, a sentir mi risa y la de los demás.
Me decidí, de una vez por todas, a luchar por mi propia felicidad.
Llegué a la conclusión de que quiero refundarme todos los días, porque quiero mejorar y crecer todos los días.
Lectores de los jueves de blog, les aconsejo: refúndense. Se siente delicioso. Siempre se puede mejorar como persona, siempre se puede ser más feliz, siempre se puede reír más, siempre se puede ser más sabio, siempre se puede crecer más. Que se les quede esta palabra: REFUNDACIÓN.
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